Es curioso, últimamente me he dado cuenta de
que mis motivos para ir a un campeonato no tienen que ver con el kenpo mas
que de refilón: La gente va a ganar, yo no. Yo voy a demostrarme lo
bien que puedo hacerlo y a tener un motivo para trabajar día a día
concentrada. También puede decirse que voy a conocer a gente y a hacer
relaciones públicas, lo que los ingleses llaman networking. Pero no
creo que ninguno de estos sea el motivo que espera el maestro.
No sé, debería intentar no comerme tanto
el coco... Le doy demasiadas vueltas a las cosas y para salir del círculo
vicioso tengo que cambiar el trabajo.
Creo que los 6 meses de taekwondo me vinieron muy bien
en ese aspecto. Lo de kenpo pudo reposar y yo tuve nuevas cosas para preocuparme
y darle vueltas. Y es indudable que mi técnica de pierna ha mejorado.
Pero no llevo mas de dos meses de vuelta y ya estoy
a vueltas con lo de siempre, mas la de cosas de las que me doy cuenta ahora
que antes no notaba. Las presas van a peor y las luxaciones siguen sin salir.
Las posiciones siguen siendo altas y el equilibrio es
bastante inestable. Y aunque parezca un viejo, con un problema físico
distinto cada día, al menos ahora aguanto las dos horas con sus respectivos
calentamientos.
Aún así, no me veo de marrón.
Bueno, ya he tenido el examen. La cosa ha sido bastante
curiosa. Hay un horario de mañana, en realidad mediodía, y
otro de tarde. El grupo de la tarde es mas fuerte, pues el nivel de la gente
es mas alto. Como hacia mucho calor y no me apetecía entrenar en la
especie de zulo a mediodía con el kimono puesto, pregunté en
cual de los dos horarios iba a tener el examen. El profe debió de
olerse que si me decía por la tarde yo iba a ir solo con el pantalón
y una camiseta y me dijo que a mediodía. Según me dice que de
el calentamiento me doy cuenta de "mi error": voy a examinarme en los dos
grupos. Efectivamente nada mas empezar el trabajo me lo confirma. Van a ser
en total tres horas y media de examen, nada mal :-)
Mi examen va intercalándose a lo largo de la
clase: formas, técnica básica, técnicas y combate. Como
de costumbre las formas van bien, la técnica básica empieza
a flojear en cuanto empiezo a pensar en variar los golpes en vez de en hacerla
limpiamente y las técnicas en mi línea, aceleradas. A pesar
de todo, a la audiencia le gusta la actuación.
Antes de empezar con la sesión de la tarde, llega
la sorpresa, pleno en clase de cinturones negros, mas visita. Un tribunal
de lo mas cualificado, y unos ataques un poco bastante mas realistas. Aparece
el problema, si no les tocas bien, no te sueltan , pero si te pasas es falta
de control. Las imprecisiones se notan mas y en la defensa contra varios
atacantes simultáneos hago exactamente lo que tenía en mente:
quitármelos de encima lo antes posible. El resultado es el esperable,
en la evaluación critican mi "falta de control". No la considero tal
al ser intencionada, puede que no haya sido kenpo, pero tampoco he ido a
lesionar a nadie. En el resto de la evaluación vuelven a aparecer
los defectos de siempre, esos que están a lo largo y ancho de todo
lo que hago, salvo por un detalle, ¡a la falta de paciencia la llaman
ansiedad! He tenido los suficientes ataques de ansiedad como para saber que
el examen lo he hecho tranquila.
La pregunta final, echa por una compañera al
terminar es: "Pero bueno, ¿has aprobado o no?" Yo diría que
no.
Acabo de llegar de un viaje a Londres, diez días.
Pensaba que iba a necesitar mas tiempo para recuperarme y descansar, pero
ha sido suficiente con una tarde y el día perdido entre aeropuerto
y avión. Ha sido físicamente una paliza, especialmente por el
mal reparto de peso en la mochila y tras haber estado cargando toda una tarde
con un libro de 4,5 Kg (lo pesé por curiosidad). Y el andar subiendo
y bajando escaleras, parando delante de cuadros cada dos por tres y quedándose
como un pasmarote de pie no ayuda en nada. Cualquiera diría que entreno
regularmente unas siete horas semanales.
Lo mas curioso ha sido los momentos en los que me he
puesto a entrenar formas (no solo por el campeonato, ya que se va hay que
intentar quedar lo mas arriba posible): en un jardín japonés
de un botánico y en el aeropuerto cuando estaba harta de la espera.
Especialmente puntos vitales, pero sentada. Hay que coger coordinación
manual, lol.
Hoy he quedado como una auténtica bruja y
no era mi intención. Para preparar el campeonato no solo hemos
salido a hacer las formas/técnicas delante del resto de la clase,
sino que luego había que puntuar. En la segunda hora me han puntuado
la forma peor en general, y eso que a mí personalmente me ha gustado
un poco mas. También se me ha ocurrido hacer el comentario de que
los primeros que dan la nota son los que dan la pauta a los demás.
Aparte de quedar como si me hubiese sentado fatal y no lo supiese encajar,
resulta que luego al primero de la fila le salió una forma sosa y
dije que no me gustó, pero no dí puntuación. El
profesor dijo que entonces era un 4. Al siguiente al que no me gustó
la forma le hice una media de patinaje, nota artística por un lado
y técnica por otro... Lo de las formas sosas me recordó a una
forma de exhibición de Speakman. El tío será famoso y
todo lo bueno técnicamente que quieras, pero a mí particularmente
esa forma me dejo fría.
Por cierto, el chocolate hace milagros contra los bajones
de tensión. Tanto es así que le debo el haber resistido la
segunda hora, ¡y en mejores condiciones que la primera!
Y no se si lo he dicho ya, pero ODIO EL COMBATE. Lo
malo es que como empiece a atravesárseme lo llevo bastante crudo. Y
no me gustan las reglas que le tienen puesto.
Hoy me he dado cuenta de que entro en combate como
si fuese una locomotora, ¡a saco! Con lo cual lo único que tiene
que hacer el contrario es apartarse y se acabó. Y como no tengo paciencia
para esperar a que me ataquen... También me he dado cuenta, después
del nosecuantísimos golpe en las tibias, que utilizo la pierna no
solo para atacar, sino para defenderme de patadas. Otro fallo mas a añadir
a la falta de guardia, la falta de estabilidad.
Jo, hoy tocaba suave para no fastidiarnos ante el
campeonato de mañana. ¡Menos mal! También una hora dedicada
al combate, y eso que yo no voy mas que a formas. De nuevo las piernas
me han hecho de imán a los golpes y voy como muy cargada, ya que uno
de los golpes no ha sido en la tibia sino en todo el paquete muscular.
Después fue repaso de técnicas.
¡Qué desastre! Lo del campeonato no ha
tenido nombre. Primero nos citan a las 8:30 para empezar a las 9:00. Como
era de esperar empezamos mucho mas tarde. Después la falta de árbitros
que hace que de los 10 tatamis solo funcionen 7 u 8. Cuando a la hora de
comer por fin nos llaman, han juntado las categoría femenina y masculina
en una sola (lo único bueno, vaya). Salgo, me equivoco, continúo
como si nada un paso mas y ¡¡me quedo en blanco!! Total, para,
vuelve a empezar y tira el campeonato por la borda. No me quedo a ver a mi
compañera porque ya tenemos a gente combatiendo en otros tatamis,
pero están cayendo en 1ª o 2ª ronda. Al final, uno de los
cintos negros lo hace como se esperaba y se resarcen los tres en el combate
por equipos, aunque después de 12 h y con todo el mundo hecho polvo,
hay quien va a machete y empiezan las lesiones.
Eso sí, ya sé porqué a pesar de
las pocas ganas de apuntarme lo hice al final: porque verlo desde las gradas
es igual de cansado que desde abajo, pero mucho mas aburrido.
Menuda temporada asquerosa. No se lo que me pasa, pero no consigo volver a motivarme. Y para rematar la faena, haciendo la forma en el zulo1, me corté el talón con un rodapié. ¡¡Y yo que decía en broma lo del esguince!! Tengo que aclarar que en 20 días nos hacen el examen de grado. Por cierto, pensándolo dos veces, creo que parte del desánimo se debe a que no consigo un mínimo de continuidad, y parte de la culpa la tiene mi viaje a Londres, pero es que si no lo hacía, reventaba por algún lado. Continuando con el talón, al principio lo único en lo que pensé era en si me había hecho polvo el tobillo, pues todavía recuerdo con horror los esguinces de hace unos años. Al final el tobillo está bien, pero después de unos días de no poder apoyar el talón tengo la bola del pie dolorida de andar de semipuntillas. Por supuesto, el siguiente entrenamiento ha sido un simulacro y cada vez que cargaba el peso para estabilizar por una caída, veía las estrellas. Al final tuve que sentarme.
Voy a aprovechar que ya se ha posado lo del campeonato para contar como fue. Llegamos por la mañana pronto y lo único que sabíamos era que los vestuarios/wardrobe (como si tuviésemos de verdad que cambiarnos en un ropero, no se quién haría la traducción, pero desde luego se lució, jeje) estaban bajando por unas escaleras. De allí a la pista de la competición, paseo por la planta baja del polideportivo. Mas tarde descubriríamos que el camino mas corto, o casi, era ir por el exterior, cruzando por las gradas. Nos recluyen a todos en un lado de la pista, o mas bien, nos amontonan, porque no cabe ni un alfiler. Al mirar alrededor se ven uniformes de lo mas iconoclasta, con camisolas de colores, o de las asociaciones mas extrañas que pueda haber, no necesariamente relacionadas con el kenpo. Es la primera vez que oigo hablar del kakuto bugei y del taishindo, por ejemplo.
Los niños van a comenzar los primeros, y mientras
juntan a unos cuantos en el centro, llaman a los cinturones negros. Lo normal
es que les recuerden las normas de la competición y aclaren las dudas
que hayan surgido, lo que realmente hacen es pedir jueces por primera vez.
Simultáneamente, los maestros siguen saludándose entre sí,
como si no fuesen a tener tiempo mas adelante.
Al final los niños que han juntado son los que
van a llevar los nombres de los países participantes en la ceremonia
de inauguración, que afortunadamente es corta.
Mientras cambio la pulsera de identificación por
otra sin cerrar, hay competidores apuntándose, cuando se supone que
el plazo de inscripción ya está cerrado. ¡Así querrán
tener horarios aproximados!
La megafonía funciona, pero no se entiende muy bien lo que dicen por el jaleo que hay. Además, hay veces en que repiten las cosas dos veces en un idioma, pero luego se olvidan de decirlo en el otro, y en la mesa nadie se aclara sobre a quien hay que llamar. Lo que si que se entiende bien es la entrega de premios o armatostes. Lo de armatostes va por los de campeón de campeones, que además de romperse solo con mirarlos son enoooormes. Vamos, como para coleccionarlos en casa.
El orden que sigue es curioso. Empiezan a la vez con
formas en equipo de todas las categorías y con algunas categorías
infantiles. Para haber organizado un campeonato de España hace 15 días
tenían que haber sido un poco mas hábiles y colocado a todos
los niños al principio. Como era de imaginar, en cuanto se casan empiezan
a atravesar tatamis, tirar botellas de líquido, que como las pone
la organización la gente se las olvida en cualqueir parte, y jugar
donde pueden, es decir, hacen de niños. Uno de los tatamis se tira
toda la mañana parado por falta de árbitros. Cuando pensamos
que todas las categorías de ese tatami van a ser salteadas en los
otros, como ya han empezado a hacer, consiguen que algunos cinturones negros
se pongan de jueces, pero ya es mediodía y los juveniles están
mas cansados que nosotros de no hacer nada. Simultáneamente comienzan
las categorías de defensa personal, armas y formas creativas. Suerte
que hay que no debe haber gente que doble, porque seguro que hubiesen tenido
que duplicarse para estar en dos sitios a la vez.
Entre los de espada hay muchos que llevan hakama como
en aikido y llevan a cabo un ritual mas o menos largo antes de empezar la
forma propiamente dicha. Se ven cosas cuando menos curiosas y completamente
diferentes a nuestro estilo, algunas de las cuales no dejan indiferente a
nadie.
Las formas se hacen interminables, y para colmo, aunque han pasado lista al principio, como nos han juntado a las dos chicas de formas femeninas intermedias con los chicos, mas la chica que decidió apuntarse a la masculina directamente, nos han puesto al final en vez de de la mitad abajo (bueno, el final está de la mitad para abajo ¿no?) como yo quería, pero eso es culpa de la otra chica. Echo en falta el que avisen cuando sale uno de quien es el siguiente para poder prepararse. A los cinturones negros tienen que hacerles una nueva categoría por la cantidad de gente que hay apuntada.
En cuanto terminan todas las categorías, a eso de las 6 de la tarde, y con mucha gente sin comer al no saber cuando les podían llamar a competir, comienzan los combates de cinturones negros y los campeones de campeones. No se cómo será en otros países, o un poco sí, pero el que haya muchísima gente superespecializada no quiere decir que no pueda haber campeones polivalentes. De hecho, dos de los que participan en el campeón de campeones al haber ganado sus categorías respectivas participan también en combate. Nos toca avisar a nosotros a los jueces para que aplacen el comienzo de la categoría. De nuevo el exceso de gente hace que en vez de dos pesos haya tres.
En el campeón de campeones creativo, es decir, formas creativas, formas con armas y técnicas de defensa personal, uno de los jueces se entusiasma de tal manera con las técnicas que contagia a la juez que tiene a su lado. Parece como si no hubiese visto antes técnicas con el ejecutante tocando a los atacantes, o algo así. El público también está enardecido y agradece el esfuerzo con un gran aplauso. Obviamente, ganó el de las técnicas, con abrazo de oso del juez que saltaba y vivía las técnicas que casi le asfixia.
En el campeón de campeones de formas hay una muy flojita, otra bastante buena y dos que empatan. En el desempate los jueces tienen que decir directamente a cual de los dos ven mejor. Cuentan y... ¡¡salta la sorpresa!! Gana el español al superespecialista americano por la mínima. Incluso uno de los jueces que le ha votado pone cara de sorprendido, como si aunque le diese ganador pensase que iba a ganar el otro. Alguna mala lengua se oyó diciendo que era porque pensaba votar al otro y se equivicó al levantar la mano...
Los combates siguieron la línea curiosa de arbitrajes, por llamarla de alguna manera. La final de los veteranos fue graciosísima: empatan al final del tiempo tras un par de decisiones dudosas que mosquean a uno de los dos finalistas. Después de otro par de decisiones de estas, con un árbitro dando el punto a uno, otro al otro y el tercero a ninguno, los combatientes empiezan a poner cara de cachondeo y de no hay nada que hacer. Terminan un segundo asalto así, y cuando ya pensábamos todos que aquello iba a eternizarse definitivament, hay un punto claro y pueden irse a descansar tras el abrazo de alivio que se dan. Entre los arbitrajes curiosos también puede nombrarse el de una categoría en el que el marido arbitraba los combates de su mujer. En la final lo retiraron, por si causaba suspicacias, supongo. Aunque al marido se le veían mucho los colores, su mujer no necesitaba de la ayuda de nadie para ganar.
Y tras el campeón de campeones en combate,
con algún participante mosqueado después de perder ¡con
claridad!, el combate por equipos, con cuatro gatos presentes. Cuando terminó
la competición eran casi las 11 de la noche y entre las bajas se contaba
un árbitro por el calor y la falta de líquidos y comida, y
otro competidor ko después de una mala caída.
1 El zulo es el gimnasio pequeño y agobiante en el que entrenamos a veces. Hay que controlar bien el espacio para no acabar estampado contra la pared o el espejo.
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